La heroína más destaca durante esta
batalla fue “Mère Royaume”, quien subió a la muralla que rodea la ciudad de
Ginebra y vertió el contenido de su olla de sopa sobre la cabeza de unos de los
soldados saboyanos.
A partir del año siguiente, los ginebrinos celebran
este día con un gran desfile que recorre la actual Vielle Ville de Ginebra con
antorchas y trajes típicos de la época, el más exitoso, por supuesto, es el de
“Mère Royaume”, con su olla, que en la actualidad es de chocolate rellena de
“sopa de verduras” de mazapán. A lo largo de los años este desfile se ha ido
modificando, llegando a prohibirse los disfraces en mayores de 15 años.
La carrera como tal celebra su
primera edición en 1978, con unos 600 participantes y casi ninguno de los
cuales acudió disfrazado. Pero dado que Ginebra es una ciudad mayoritariamente
protestante y no se celebra el Carnaval, en 1991 se decide recuperar la
tradición de los disfraces, y así, tras la celebración de la “La Course de
L’Escalade”, se celebra “La Marmite” en honor a la olla de sopa que “Mère
Royaume” arrojó sobre los saboyanos, con miles de corredores disfrazados,
simulando un desfile de Carnaval tradicional.
Este año se celebró la 37º edición
de la “Course de l’Escalade” y posteriormente “La Marmite”. Esta edición ha
batido record de inscritos, con un total de 36,697 participantes. Dada la gran
afluencia se ha dividido la carrera por sexos y categorías (32 en total),
saliendo grupos desde las 9:30 hasta las 17:45 con distancias desde 1,706 km a
7,323 km, reservando un grupo especial llamado Escaladélite (os imagináis quien
corre en este grupo, no?).
Reciben premio los 30 primeros hombres y las 20 para las mujeres del grupo Escaladélite, y los 10 primero de cada una de las restantes 32 categorías, además de los tres clubes, empresas y colegios mejor clasificados y también las 3 primeras familias de acuerdo al reglamento.
Otra de las curiosidades de esta
carrera, es que los voluntarios que marcan la línea
de salida van vestido de jugadores de rugby, con toda su equipación.
Además de la carreta existen
numerosas actividades en torno a ella, como son el “Walking” y el “Nordic
Walking” de 8,451 km que se celebra el día anterior, los entrenamientos
gratuitos con monitores especializados para cada una de las pruebas desde dos meses
antes, la fiesta posterior en una carpa que se instala junto a la llegada en la
que se puede tomar la famosa sopa de la “Mère Royaume”…
Pero después de todo, en ésta, como en todas las carreras
"Só se trataba de correr..."
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